domingo, 22 de julio de 2012

Regla quinta del buen escritor

 Sin miedo al ridículo, señor escritor, que el magro retributo que pueda alcanzar a cambio de su arte apenas le va a servir para darse pocos gustos, infames gustos. Y aquí va el ejemplo, téngalo en cuenta, sí, usted, dígame si no soñó alguna vez con calzar la facha de Ahab y andar tiroteando ballenas. Y dele entonces, que por ahora es gratis.
Posted by Picasa

No hay comentarios:

Publicar un comentario