lunes, 27 de mayo de 2013

Eufemio Masculino


Desde hace unos días me rondan algunas ideas que al no tener ganas de desarrollar (por el momento) me resulta menester plasmar, aunque sea en el blog, para algún día desarrollar como quisiera; llamaremos a esto "menester plasmar"

Tuve hoy una charla emocionante con mi padre, que como yo siempre sostengo, me aportó una imagen (punto de partida indispensable de una buena narración):

Dice que yo debería tener siete, como mucho ocho años, y era una noche —yo agrego de verano— Salíamos de la casa de mi tío Alberto que queda en una calle —aquí la llamaríamos pasaje— que aun hoy ostenta el ambiguo nombre de Eufemio Masculino. Caminábamos seguramente con él y mis hermanas, aunque a la hora de desarrollar el texto seguramente diré que íbamos los dos solos (es mucho más literario). La calle está (paso al presente que es más contundente), esta desierta. Desierta y silenciosa. Escuchamos nuestros propios pasos, también la respiración. Mi papá saca una cajilla de Fista Light, se lleva un cigarrillo a los labios e ilumina las paredes de las casas con la llama de su yesquero (encendedor en uruguayo). Yo me detengo y lo miro.
 —Los autos duermen y las casas los miran —digo y doy tres pasos apurados para ponerme nuevamente a su lado.
—Hay algo, una semilla literaria en eso que dijiste —responde mi papá. Pero no en ese momento, lo responde hoy, desde Montevideo y a través del teléfono. Treinta y pico de años más tarde. Yo pienso que debería pensar una respuesta para continuar esta charla y ojalá que me pueda tomar mucho tiempo para dársela.

Eufemio Masculino fue uno de los Constituyentes de 1830. Si tengo suerte, próximamente cuando alguien lo Googleé va a ver la foto de mi papá cuando tenía quince o dieciséis años y todavía estaba en España.

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